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sábado, 29 de marzo de 2014

Capitulo 8




-Te amo Trav
-Y yo cosa fastidiosa.
-¡Mel! ¡Perderemos el avión! -grito Fredo
Mire a Trav, el me sonrió y me dio otro abrazo.
-Adiós. Te vengo a molestar en 5 días. -el rió y me sacó la lengua
Salí de la cocina y les di otro abrazo a mis padres y salimos.
.....
Joder. Mi trasero esta entumecido. Me duelen las piernas y tengo sueño. Estoy Jodidamente incómoda. Son las 3 de la mañana y aún faltan 30 minutos de vuelo.
-Alfredo... -el me miro, leía un libro- ¿Justin sabe que vamos para allá? -negó -¿Por qué? ¿No deberías decirlo? Podría estar con alguien o no sé? ¿Una fiesta? Alfredo, de verdad adoro a Justin, no quiero llegar y encontrarlo fumando, no quiero. -el soltó un suspiro
-Justin ya no esta fumando, pero si te hace sentir mejor, le diré a Kenny, para que lo mantenga al margen. Aunque me imagino que ya debe andar sabiendo que vamos por ahí pronto, debe estar durmiendo. -asentí
-¿Y cuál es el plan?
-Esperar que este durmiendo, si lo está sólo entraremos, necesito una prenda tuya de mujer, cualquier cosa, para dejarla sobre la mesa, necesito que tenga tu olor, según él hueles bien. -asentí extrañada. -Sí, esta teniendo alucinaciones. -reí
-Okay, ¿estará bien esta bufanda? -llevaba una, hacia frío en el avión, y me la puse, era color crema, con pequeños detallitos delicados en un tono de crema más oscuro. Él asintió y siguió leyendo.
......
Los Ángeles es algo frío en las noches, me estaba congelando aquí. No sé si es de nervios o sólo es que realmente tengo frío.
Alfredo al parecer tenía un auto esperándolo, no hicimos bien salir del aeropuerto cuando ya estaba el auto frente a nosotros. Alfredo estaba al teléfono, al parecer con Kenny. Hablaba en inglés, yo lo entendía perfectamente, domino el idioma.
Recuerdo que odiaba el idioma, pero cuando escuche a Justin, llego un momento que me harte de no entender tres demonios y me esforcé en aprenderlo, y desde entonces domino el idioma.
El chofer condució por un rato, hasta que llegamos a un portón alto. Muy alto. Era color dorado, y llevaba unos diseños muy lindos. A cada lado había un policía vestido de negro y armado. Ambos altos, ambos íntimidantes. De repente sentí miedo, me encogí tímidamente en el asiento. El robusto chofer presiono un botón en la vicera y los dorados portones abrieron.
Ya adentro las casas eran gigantes. Tremendamente grandes y con un gran terreno de separación entre cada una. Todo era majestuasamente grande en este lugar.
Pasamos por las calles, todas con sólo las luces de los postes alumbrando. Son las 4 de la madrugada. No hay nadie afuera, y todo está en silencio sepulcral.
-¿Justin en serio vive en este lugar? -Alfredo sólo asintió
Justin no se ve como este lugar. Todo se ve tan serio y normal... Normal para gente con dinero. Y Justin puede tener todo el dinero del mundo, pero no es normal. Aquí todos lo sabemos.
Paramos frente a una casa, muy muy grande. Es la de Justin. Lo sé porque soy Belieber, y como toda Belieber alguna vez escribí su dirección en los Mapas de Google y me salió.
Solté un suspiro y baje del auto. Joder. Estoy en la casa de Justin Bieber. De repente comencé a temblar. Él estaba allá adentro.
Tuve qué sostenerme del auto nuevamente, pero Alfredo vino corriendo y me ayudo.
-¿Estas bien? -asentí levemente -No te pongas nerviosa. Eso solo Justin.
ESE ES PRECISAMENTE EL PROBLEMA.
Le dedique una mirada asesina y el rió.
El tomó mi valija y puso una mano en la espalda, me dio un leve empujonsito, no quiero. No quiero entrar.
-Mel... -negué -Meloddy, todo va a estar bien. -negué
Es que no entienden. ¡Es Justin! Jesucristo! ES JUSTIN. Esa casa frente a mi es la casa de mi ídolo. He soñado mil veces con esto y ahora está frente a mi.
Mis manos comenzaron a temblar.
-Él está dormido Meloddy -negué
¡Peor! Se ve tan lindo durmiendo... Ay...
Pero, ¿qué vio en mi? Soy... Soy normal. Él podría tener a cualquiera. ¡Es Justin Bieber! Todas están locas por él. ¡¿Por qué yo?
-Meloddy, hace frío y tengo sueño -lo miré. Mi respiración estaba irregular, me dolía el estómago y estaba mareada. -Meloddy, estas pálida. ¿Estas bien? -negué y entonces todo se fue.
Se veía borroso, y escuchar me tomaba cada pequeña pizca que me quedaba... Lo que era: Nada.
-Trae la maleta. Vamos a la habitación.
Fue lo último que escuché.
.......
Me desperté aturdida, el Sol entraba por la ventana levemente. Mire a mi alrededor, las paredes eran de un tono de marrón claro. Habían unas linda cortinas a juego con las paredes, la cama era muy cómoda, y luego me acordé.
-Justin... -susurré
Me senté levemente y mire más de la habitación, había un armario a un lado, y del otro lado había un baño. En una esquina estaba mi maleta, realmente podría usar ese baño.
Me puse de pie y sin zapatos caminé hasta allá. Estaba todo tan lindo. No parecía la casa de un chico de 19, casi 20. Me senté e hice mi necesidad. Sí, hice pipí. No soy rayita.
Luego salí del baño, caminé por la habitación, era realmente hermosa. Abrí la puerta levemente, no me he dignado ni en mirarme en un espejo. Camine por el largo pasillo lleno de puertas. No abrí ninguna. No es mi casa, no me pondré a hacer esto.
-¿De quien demonios es esta bufanda? Kenny, ¿traje chicas anoche?
Me helé. Ese es él. Es su voz. Ay... Corrí a la habitación en la que me encontraba anteriormente y tome un respiro. Entré al baño, tengo un leve rubor en mis mejillas y el cabello hecho un maldito desastre.
Traté de acomodarlo con las manos, y me moje la cara, me sequé la cara con una toalla que había allí.
Tampoco he cepillado mis dientes.
Fui a la maleta y saque del bolsillo de afuera mi pequeño bolso donde guardo esas cosas del higiene personal. Me devolví al baño y cepille mis dientes. Al terminar me volví a mirar en el espejo, ya se me había ido el rubor, pero mi estómago seguía alborotado.
No sé si es hambre o Justin... Puede que ambas...
Volví a abrir la puerta, esta vez con la cabeza en alto y preparada para lo que venga (pff, sí. Claro).
A un lado vi un par de fotos, Justin. Jazzy, Jaxon, Jeremy; Pattie. Son fotos familiares.
Seguía caminando, sólo viendo las fotos en las paredes. En todas las que Justin está, sale sonriendo, y eso solo me hizo sonreír a mi. Como una auténtica tonta. Seguí caminando y cuando iba a bajar el primer escalón lo vi.
Este es el momento. Me quedé helada nuevamente, y mi "preparación", de la nada desapareció. Siempre se va cuando la necesito.
El estaba a mitad de las escaleras, viéndome con sus lindos ojos color avellana. Mis manos sudaban, y sentía que caería en cualquier momento. Y entónces el sonrió. Eso simplemente me mato y no pude evitar sonreír como una tonta ante el.
-Ho... Hola... -dijo el y subió lo que faltaba para estar a mi lado y se quedo frente a mi, con una leve sonrisa adornando su bello rostro
-Hola... -susurré
-Eres más bella de lo que recuerdo -sonreí levemente y el rió bajo -Lo siento, no debí decir eso... -entonces reí yo
Entones ya no era acerca de el ser mi ídolo, era acerca de como sus lindos ojos me miraban, de lo nervioso que estaba, al igual que yo. De lo raro que se sentía el ambiente. Entonces dejo de importarme el hecho de que éste frente a Justin Bieber.
-Meloddy... -me presenté y el rió
-Sé quien eres, pero... Soy Justin-dejo salir una sonrisa ladina y sentí mi corazón caer.
-Oigan... -voltee el rostro y Alfredo miraba desde el otro lado del pasillo con una sonrisa burlona. - ¿Un poco más maricas por favor? -dijo con sarcamo y Justin rió
Entonces me di cuenta de lo cerca que estábamos el uno del otro.
-Ya... Ya los dejo tranquilos. -guiñó un ojo y se metió a una habitación otra vez
-Yo... Lo siento... -mire a Justin, quien me miraba apenado -Yo... No sé que me pasó. -frunció el ceño.- Te vi, y... Uff. No sé ni que decir... -reí y el rió conmigo
-Esto es raro... -dije entre una carcajada
-Sí, mucho... Uhm... -soltó un suspiro y se puso serio- Meloddy, me gustas... Realmente me gustas... Te vi ese día y quede fascinado contigo. Me siento estúpido ahora mismo... -sonrió nervioso- Nunca me pongo nervioso. -reí
-No te preocupes. -sonreí y el me miró a los ojos otra vez -Soy sólo yo.... Meloddy. La que debería estar así soy yo.... -él frunció el ceño y bajo el mentón
-¿Te gustaría hacer algo? Ósea.... Es algo peligroso salir, pero... Podemos hacer algo.... ¿Te muestro la casa? -se veía tan tierno.
-Sí -susurre
-¿Sí? -me miró con una sonrisa
-Sí -asentí sonriendo y el rió
-Bien.... Sí quieres toma una ducha, yo le diré a Kenny que nos traiga comida. Ya es la 1 de la tarde -reí - ¿McDonald's? -asentí -¿Qué te gusta de McDonalds?
-Uhm, yo solo quiero unas papas y jugo de naranja. No tengo mucha hambre. -el asintió extrañado, y se volteó, se quedo así, dándome la espalda, justo frente a mi, y luego volteó y besó mi mejilla, muy tiernamente. Sonreí y sus mejillas tomaron un color rojizo, ay, se sonrojó.
-Es un placer tenerte aquí Meloddy -y salió corriendo escaleras abajo
Solté un suspiro y mordi mi labio, está de más decir que llevo una sonrisa de idiota en la cara. Y debo llevar la cara más roja y tonta de la historia, y me vale verga. Sí. Dije verga. ¿Y qué?
Camine a la habitación de nuevo y saqué una ropa de la maleta. En el baño habían toallas, así que sólo entré con la ropa y me duché. Luego solo me la puse. Era una camisa de tiras color gris oscuro, unos jeans hasta las pantorrillas y unas sandalias. Nada del otro mundo.

Al verme en el espejo entonces vi lo que realmente iba mal. Justin es guapísimo, debe salir con alguien igual que él. Pero... Demonios.
Busque entre la maleta el maquillaje, no me haría mucho, sólo aplicaría máscara y algo de lipgloss, sencillo, pero se ve que hay algo.
Cerré la valija y entonces vi mi celular en la mesilla, lo tomé en mis manos y lo prendí, ha estado apagado desde que entramos al avión.
Al prender empezaron a llegar las llamadas perdidas, los mensajes y blah blah. Cuando término de cargar.... 59 mensajes y 35 llamadas. Las llamadas todas de Marcus. Habían dos mensajes de Travis, ambos los conteste; uno de mi madre y otro de mi padre, ambos contestados. El resto: Marcus.
Lo llamé.
-MELODDY ANASTASIA THOMPSON. -reí -No te rías. Te dije ayer que me llamaras.
-Lo sé, pero es que ha pasado tanto. -suspire
-¿Dónde estas? Te pasaré a buscar.
-Eh... Estoy en Los Ángeles...
-¿Los Ángeles? ¿Los Ángeles, California? -pregunto atónito
-Sí... Yo...
-Demonios Mel, ¡te dejo unas horas y te escapas! -exclamo y tocaron a la puerta. Volteé y Justin estaba parado atrás de la puerta, con su cabeza asomada
-Lo sé... Y debo irme...
-Meloddy. Si cuelgas te...
-Lo siento Marcus. Te amo. -y colgué
Justin estaba ya parado en el portal de la puerta, estaba serio, no se veía enojado, si no sacado de sus casillas. Si saben a lo que me refiero.... Como si algo lo molesta, pero él no está enojado.
-Lo siento, uhm. -dije insegura.
-Me llamaron, debo ir al estudio, ¿vienes? Iremos por comida en el camino. -dijo el con un tono antipático
Asentí levemente, encogiéndome de hombros después, mostrando su misma cara de malos amigos. Si él cree que me sentiré intimidada por ser Justin Bieber, se equivoco de persona. El es mi ídolo y todo, pero estúpida no soy.
-Bien, vámonos. -tome mi celular y mi billetera.
No tenia mucho en ella, quizá 175 dólares, pero era algo, a parte solo estaré aquí 4 días mas. Es imposible que gaste tanto dinero en 4 días.
Camine tras el por el largo pasillo directo a las escaleras. Aun no conozco nada de la casa, pero me gusta este lugar hasta ahora.
Bajamos la escaleras, era un lugar muy grande y hermoso. Jamás hubiera pensado de la casa de Justin así. Todo esta tan limpio. Camine tras de el por la casa hasta la cocina, el no decía nada, y si soy honesta ya me esta irritando. Estoy aquí por el y el me trata como estúpida.
Imbécil.
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